La reunificación de China
De las filosofías políticas descritas más arriba ninguna de ellas, por mucho que se predicasen y se proclamasen, tuvo la oportunidad de ponerse en práctica antes de la reunificación con excepción de la doctrina realista o legista. La doctrina legista tenía más posibilidades que las restantes de ser puesta en práctica en tanto que su objetivo explícitoes lograr que una sociedad domine sobre las otras, justamente lo que deseaban sin pausa los reinos combatientes de la época, especialmente el estado semi-bárbaro Qin situado en la parte más noroccidental de la China de la época.
La escuela realista se interesa por los nombres pero, especialmente, en relación a la formulación de la ley. Para ellos, la moral del hombre no es innata sino dada por el entorno. No se trata ya de definir lo que es bueno sino de que el monarca lo decida y tras tomar esa decisión las leyes son provisiones sobre los castigos que sobrevendrán a los que contradigan o no actúen conforme a las disposiciones del emperador. El emperador no se fía de nadie, incluidos sus funcionarios y no los quiere elocuentes, letrados o agradables, sino que deben actuar mecánicamente a sus órdenes, al tiempo que son espiados intensivamente. Tampoco estos deben conocer las intenciones o deseos del emperador que es inescrutable para ellos. Las dos únicas actividades que quiere el emperador es el abastecimiento de alimentos por la agricultura y la preparación para la guerra.
Una de las grandes preocupaciones de los legistas era como convencer al pueblo de que se lanzara a la muerte en la guerra sin reparo y la solución hallada fueron horribles torturas y tormentos al cobarde. En la guerra, proclaman los legistas, hay que obtener ventaja de ser capaces de hacer barbaridades de las que el enemigo no sería capaz - por ejemplo los confucionistas. Proponen igualmente que el estado no ayude al que tenga malas cosechas o mala suerte, pues sería un acto injusto quitar a unos para dar a otros.
Para los legistas no estar en guerra es una desgracia. Toda clase social que no sea la de los agricultores y la de los guerreros sobra. De modo que se decide el fin de la aristocracia eliminando los derechos hereditarios - pese a que se mantiene la monarquía hereditaria. Otras clases a eliminar son los artesanos, los ermitaños, los hosteleros, los comerciantes, los moralistas, los filántropos, los letrados y los adivinos –los realistas desprecian cualquier tipo de recurso sobrenatural. A los artesanos y ermitaños hay que eliminarlos porque no trabajan por el fin del estado, a los hoteleros para que no se pueda viajar, a la clase comerciante5 por ser considerada absolutamente inmoral, en el sentido de que busca su propio beneficio sin mayor consideración por el estado. Otra clase a eliminar es la de los letrados y confucionistas que con los mohistas proclamaban una moral independiente de la pura decisión del monarca.
La compasión del monarca hacia sus súbditos es lo que estos quieren de él, pero si el monarca es implacable en la construcción de su estado eso es precisamente lo que les conviene pese a que pueda haber críticos estúpidos que no lo comprendan. A diferencia de los confucionistas y mohistas que pretenden que se coloquen en los puestos de responsabilidad a hombres de bien, caballeros, etc. los legistas solo quieren hombres de probada capacidad y eficiencia. Propugnan leyes que sean entendidas por todo el mundo y no el lenguaje erudito, elitista y hermético de los letrados confucionistas. En toda la historia china, salvo en el periodo del dominio mongol, y debido a que los mongoles no entendían el lenguaje de los letrados, los decretos eran formulados en lenguaje literario y era la tarea de los funcionarios explicarlos en la lengua vernácula.
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5 Según la leyenda, el primer emperador fue paradójicamente el hijo de un rico comerciante que
apostó, como inversión, por un pretendiente al trono Qin que inicialmente fue exiliado, confiando en
que ya le llegaría mejor hora y, efectivamente, así fue, éste llegó a ocupar el trono Qin. Durante su
estancia con el comerciante el heredero le pidió a una concubina suya como esposa, y ésta, que
era amante del comerciante dio a luz un hijo de éste que a la postre sería el Primer Emperador de
China, Shi Huang ti
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En el año 247 a. C. el reino Qin tomo a su servicio un hombre del reino Chu llamado Li Su, quien, como Han Fei –el más famoso de los legistas, había sido discípulo del filósofo confuciano Hsun Tzu y como Han Fei, Li Su, pronto se pasó a la escuela de los legistas. A partir del año 235 a. C. en adelante su influencia era la más relevante en el reino Qin. Su política tenía por objeto la conquista total de China, insistía en que tal aventura era practicable. “La nuestra es una oportunidad que no se presenta en mil años” vaticinaba.
En el 230 Qin se anexionó Han, en el 228 Chao, en el 225 Wei, en el 223 Chu, en el 222
Yen y finalmente en el 221 Chi, el último estado que conservó independencia frente a Qin.
China quedaba unida bajo el poder del rey de Qin, que se convirtió en Shi Huang ti, el Primer Emperador.
En el 213 a. C. Li Su introdujo una medida que, en correspondencia con el predominio de su propia doctrina política, prohibía al público poseer cualquier tipo de literatura salvo manuales técnicos. En el 212 cientos de letrados fueron ejecutados o exiliados bajo la acusación de que criticaban al régimen. En el 210 el Primer Emperador murió durante un viaje y en el 206 la primera dinastía china colapsaba tras haber regido China durante 15 años.
Sobre como en estos años las ideas legistas fueron puestas en práctica es difícil tener noticia ya que estos siempre se dirigían al emperador y nunca al gran público. Su única expresión pública tomaba la forma de la propaganda, pero nunca presentaron entonces su doctrina desnuda. Por las inscripciones que se conocen allí donde el emperador viajaba, la propaganda oficial presentaba al emperador no como “el que ha aprovechado una oportunidad que no se presenta en mil años” sino como el que había acabado con la tiranía de los otros reyes que maltrataban a su pueblo. Los realistas se mofaban de los ritos; una inscripción del 219 se enorgullece de que en este feliz régimen todo el mundo se conforma con los ritos, en otras inscripciones se dice que las mujeres son ahora más castas, los esposos menos adúlteros y se advierte, en fin, “una mayor limpieza en las costumbres”. De modo que la apariencia del régimen recuerda más al confucionismo que al realismo y no es sorprendente descubrir que alguna de las inscripciones se habían realizado tras consultar a los maestros confucionistas de Lu, patria de Confucio. Pero las inscripciones enfatizan sobre todo las medidas administrativas de los conquistadores Qin; la codificación de la ley, la unificación de la escritura y los pesos y medidas, la abolición de los dominios feudales y la división del imperio en distritos administrativos. El tono de la propaganda Qin establece el modelo de propaganda imperial a lo largo de los 2000 años siguientes; serán prácticamente los mismos términos que empleen los conquistadores manchúes. La caída de la dinastía Qin no fue una reacción de los “rectos” contra el “poder desnudo”, de la moralidad frente al estado universal que impone su ley a sangre y fuego.
Hasta mediados del siglo II a. C. predominaría ideológicamente en China una mezcla de misticismo taoísta y amoralismo realista y solo setenta años después de la caída Qin el confucianismo comenzará a ser alentado desde el estado como doctrina.
Fuente.
LA FILOSOFÍA POLÍTICA CHINA CLÁSICA
Historia y pensamiento en China
MANUEL HERRANZ