LA FILOSOFÍA POLÍTICA CHINA CLÁSICA - Historia y pensamiento en China

Confucio: biografía del filósofo chino que fundó el confucianismo

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LA FILOSOFÍA POLÍTICA CHINA CLÁSICA
Historia y pensamiento en China

Radicalmente opuesta a la doctrina confucionista aparece la escuela realista, legista o legalista. Esta, pese a los tintes implacables de su doctrina, tiene bastante que ver con el mohismo, la doctrina de la política del amor universal. Coincide con su idea de que es el emperador el único que puede, desde su cargo, poner fin a la anarquía de la diversidad de opiniones, pero a diferencia de Mo Ti lleva este principio hasta sus últimas consecuencias afirmando que, de este modo, lo que quiere el emperador es lo correcto y
2 Todos los estudiosos contemporáneos de las disputas de Mo Ti y los confucionistas advierten con
fruicción como la disputa entre ellos pasa al terreno de la fundamentación o principio moral de la acción, al estilo de la filosofía europea moderna de base kantiana. Mo Ti sostiene que el principio
del amor universal es el beneficio o el provecho, es, pues, utilitarista, mientras que los confucianos
descubren y esgrimen la idea del deber incondicionado al estilo kantiano, ya que, según ellos ¿qué
interés reportaría el respetar, obeceder y cuidar del padre hasta la muerte y después de ella?. Los
mohistas replican que en la política del amor universal, de la misma manera que tratas tan bien al padre de otro como a tu propio (anatema para los confucionistas) así el otro tratará bien al tuyo y
todos contentos.
3 Los mohistas eran un grupo paramilitar numeroso, disciplinado y bien organizado que prestaban sus servicios gratuitamente a los reinos que eran atacados injustamente. Buscaban servir, como los confucianos, a un emperador, pero si este representaba el concepto de justicia que ellos tenían.
Es bastante interesante destacar a este respecto que el mohismo es una doctrina que desaparece por completo con la reunificación de China. La mayor parte de las referencias que tenemos sobre la doctrina mohista se la debemos a las diatribas con ella que aparecen en los escritos confucianos, sobre todo los de Mencio. Los estudios que se han hecho sobre esa escuela mencionan su desaparición ante la ira devastadora del Primer Emperador pero no profundizan sobre porque Qin Shihuang acaba con ella. Es un lugar común, sin embargo, presentar el mohismo como una doctrina inferior al confucionismo basándose en las comparación con la filosofía occidental al modo que lo hemos hecho en el pie de página anterior. Así lo hace el más famoso filósofo chino moderno, Fung Yu-lang, experto en ambas filosofías, quien en su estudio de la filosofía china explicada a los chinos decreta la superioridad del confucionismo como la gran escuela oriental del deber (al estilo alemán, lease Kant, Fitche, Hegel) frente a la idea anglosajona de beneficio, provecho e interés que representaría Mo Ti. Lo que no se advierte, en fin, en esas disputas puramente teoricas es que el mohismo, una vez que se reunifica china, por una parte pierde su razón de ser como organización paramilitar, pues ya no hay reinos a los que defender de la injusticia, pero más allá de eso, lógicamente, porque tanto la primera dinastía como las siguientes declararon enemiga una doctrina tan insolente capaz de tener un concepto de justicia y más que eso, una fuerza militar independiente de la del emperador o del estado.
Lo que no quiere es lo incorrecto. De este modo, el ejercicio del gobierno es la producción de leyes (terriblemente duras, por cierto, para los legistas) que, ante todo, tienen que dejar bien claro cual es la voluntad del monarca. Los legistas coinciden también con el mohismo en la organización del pueblo en grupos ‘mutuamente responsables’ obligados a informar unos sobre otros hasta el punto que si un miembro del grupo fracasa a la hora de denunciar las faltas de otro será penalizado como el mismo infractor. En el caso de los mohistas el sentido del grupo mutuamente responsable estaba no tanto en la prevención criminal como en la ponderación de las virtudes y servicios de cada uno a la comunidad
para crear cierto entusiasmo popular en ese sentido. Los legistas y los mohistas coinciden también en su oposición al confucionismo y su énfasis en los rituales, así como contra los prolongados periodos de luto a la muerte del padre o de otros parientes. Los mohistas argumentaban que tales actividades eran caras e improductivas y los legistas despreciaban esas actividades por no contribuir al poder militar del estado, que era realmente su objetivo fundamental.
Los legistas también tienen sus puntos de coincidencia con los taoístas en tanto que rechazan como modelo a los “Reyes Santos”. Ambos coinciden en la conveniencia de mantener al pueblo insensible e inculto, con total falta de curiosidad respecto a lo que pueda suceder más allá de sus aldeas. Incluso la doctrina del wu-wei - la no-acción- del Tao es apreciada por los legistas que estiman que una vez que las leyes estén claras, siendo tan implacables, nadie se atreverá a violarlas y el emperador podrá dedicarse a sus propios placeres.


Fuente:  LA FILOSOFÍA POLÍTICA CHINA CLÁSICA
Historia y pensamiento en China
MANUEL HERRANZ

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