Los Han anteriores u occidentales (206 a.C.-9 d.C.)
De los tumultos y estado de guerra que marcaron los últimos años de la dinastía Qin, destacó un dirigente de origen humilde, Liu Bang (véase Gaozu). Aplastó a otros pretendientes al trono y se proclamó a sí mismo emperador en el 206 a.C.
La dinastía Han por él fundada sería la más duradera de la era imperial. Los Han se constituyeron sobre la base unificada que habían dejado los Qin, modificando la política que había conducido a su derrocamiento. Las leyes onerosas fueron suspendidas, los impuestos se redujeron sensiblemente y se adoptó una política favorecedora del comercio que permitió la recuperación económica. En principio
Liu Bang concedió reinos hereditarios a algunos de sus aliados y familiares, pero hacia mediados del siglo II a.C. la mayor parte de estos reinos habían sido reintegrados y casi todo el territorio chino estaba bajo la jurisdicción del Imperio de los Han.
Una de las contribuciones más importantes de esta dinastía fue el establecimiento del confucianismo como ideología oficial; sin embargo, en un intento por proporcionar una ideología completa al Imperio, los Han incorporaron al confucianismo ideas de otras muchas escuelas filosóficas y emplearon supersticiones populares para incrementar las enseñanzas de Confucio. En el funcionamiento administrativo heredado de los Qin, los emperadores Han siguieron el principio confuciano de elegir a los hombres sobre la base del mérito más que por su nacimiento, siendo elegidos los más cualificados mediante exámenes escritos. A finales del siglo II a.C. se fundó una universidad imperial en la cual se formaban los futuros funcionarios en los cinco clásicos de la escuela confuciana.
Los primitivos Han alcanzaron el cenit de su poder bajo el emperador Wudi (reinó desde el 140 al 87 a.C.). Casi todo el territorio que hoy engloba China pasó a estar bajo poder imperial, aunque muchas regiones, en especial al sur del río Yangzi Jiang, no estaban totalmente asimiladas. La autoridad china se estableció en el sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y norte de Corea. En el oeste, los ejércitos Han lucharon con una tribu conocida como los xiongnu, que probablemente estaban emparentados con los hunos y penetraron en el actual territorio de Kazajstán. En el sur, la isla de Hainan pasó a estar bajo control Han y se establecieron colonias alrededor del delta del Xi Jiang, en Annam y en Corea.
Las políticas expansionistas del emperador Wudi consumieron los excedentes económicos que se habían ido acumulando durante las administraciones de sus predecesores y fue necesaria la restauración de políticas legalistas para reponer las arcas del estado. Se subieron los impuestos, reaparecieron los monopolios estatales y la moneda se devaluó. Las penurias que sufrían los campesinos se vieron agravadas por el crecimiento demográfico, lo cual provocó la reducción del tamaño de las parcelas individuales en un momento en que los impuestos se incrementaban. Durante el siglo I a.C., las condiciones empeoraron aún más. En varias ocasiones el trono fue heredado por príncipes en edad infantil, cuyas madres a menudo completaban las responsabilidades del gobierno con miembros no cualificados de su propia familia. Las facciones y la incompetencia debilitaron el gobierno imperial. Grandes familias terratenientes de la provincia desafiaron a las autoridades que recaudaban los impuestos del gobierno central y adquirieron una especie de privilegio para la exención de impuestos, lo que redujo los ingresos del gobierno y gravó duramente a los campesinos. Los levantamientos agrarios y el bandolerismo reflejaron el descontento popular. 1.2.3 La dinastía Xin (9 d.C.-23 d.C.)
Durante este periodo de desórdenes, un ministro ambicioso, Wang Mang, envenenó al emperador Pingdi, aún niño y para el que había estado actuando como regente, estableciendo la efímera dinastía Xin. Wang Mang intentó revitalizar el gobierno imperial y mitigar la situación de los campesinos. Actuó contra los grandes estados exentos de impuestos al nacionalizar toda la tierra y redistribuirla entre los verdaderos cultivadores; se abolió la esclavitud, se reforzaron los monopolios imperiales sobre la sal, el hierro y la acuñación de moneda y se crearon otros nuevos. El Estado fijaba los precios para proteger a los campesinos de los comerciantes sin escrúpulos y proporcionó préstamos a
bajo interés a los que necesitaban capital para comenzar empresas productivas.
La resistencia de las poderosas clases propietarias de la tierra fue tan dura que Wang Mang fue obligado a revocar su legislación sobre la tierra. La crisis agraria se intensificó y la situación empeoró con la ruptura de los grandes sistemas de control del agua del norte de China, que habían sido descuidados por un gobierno debilitado fiscalmente. En el norte estalló una rebelión campesina a gran escala bajo el protagonismo de un grupo conocido como ‘Cejas Rojas’. Muy pronto las grandes familias terratenientes se unieron a ellos y al final consiguieron matar a Wang Mang y reinstaurar la dinastía Han.
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Eugenio Anguiano (agosto de 2008).