ECONOMÍA CHINA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO
• LIQUIDEZ Y TENSIONES INFLACIONISTAS
Hasta ahora sabemos que China viene actuando activamente sobre su demanda agregada mediante
la aplicación de medidas contracíclicas, expansivas y contractivas, para intentar mantenerse cerca del equilibrio macroeconómico más saludable (elevado crecimiento, baja inflación y pleno empleo).
Además, la crisis iniciada hace ahora casi cuatro años, nos indica que podemos estar ante un ciclo
recesivo en “W” (caída brusca -2008 y principios de 2009-, conato de recuperación -finales de
2009, 2010 y 2011-, caída nuevamente hasta mínimos -2012- y repunte al estadio inicial del ciclo
¿2013 ... ?-).
Ante estas tres supuestas fases de la crisis en “W” por las cuales estaríamos pasando (caída brusca – recuperación – nuevo descenso a mínimos), China está respondiendo con políticas tanto fiscales como monetarias contracíclicas (expansivas – contractivas – expansivas).
Durante la enorme caída inicial del sector exportador nada más colapsar Lehman Brothers, Pekín aprobó un plan fiscal para 2009 y 2010 por unos 4 billones de yuanes. Además, entre septiembre y
diciembre del mismo año 2008, el banco central bajó los tipos de interés 189 puntos básicos (al 5,31% -tipo aplicado sobre créditos). Y, como los intereses deben ajustarse de forma directamente
proporcional al ciclo económico, observando el siguiente gráfico ya se puede vislumbrar la “W” que comentábamos unas pocas líneas más arriba26.
Las medidas de estímulo fiscal y monetario continuaron hasta finales del año 2010. Es entonces cuando, en el último trimestre de dicho ejercicio, la economía china creció un 10,7%. En los tres
trimestres anteriores, solamente había logrado crecer una media del 8%. La economía china, pues,
parecía recuperarse volviendo nuevamente a niveles de PIB potencial. Sin embargo, al igual que ocurría con el resto de la economía mundial, esto no sería más que el primer tramo ascendente de la
“W”. Es a partir de ese momento cuando China experimenta fuertes tensiones inflacionistas, hecho
que le hará subir los tipos por primera vez desde 2007 (125 puntos básicos entre diciembre de 2010
y julio del siguiente año – hasta el nivel actual del 6,56%). Lo hace, entre otras cosas, porque la inflación llegaría a situarse por encima del 6% durante 2011.
Los precios inmobiliarios, merced al crédito barato, se dispararon un 25% en 2009 (el alza de 2010
fue del 9,9%). Los estímulos monetarios iniciales estaban incrementando sustancialmente la inflación, debido también a otras distorsiones del propio sistema financiero chino que analizaré más
adelante. Lo único cierto, a finales del año 2010, es que urgía enfriar cuando antes la demanda agregada en China. Los créditos blandos han generado una burbuja inmobiliaria, si bien su
estallido no debe acarrear riesgo sistémico alguno dada la buena salud del sistema bancario y el bajo
nivel de apalancamiento hipotecario existente actualmente en China. Sin embargo, los elevados precios inmobiliarios distorsionan claramente la actividad de un sector muy rico en empleo, lo que
podría incrementar súbitamente el paro y provocar una cierta inestabilidad social. Además, la necesaria transición del campo a las ciudades encuentra igualmente un tremendo obstáculo, dado que ningún emigrante puede asumir unos precios tan altos. China camina hacia una economía de servicios y, para ello, debe reducir sustancialmente el peso del campo.
China subió los tipos nada más superar el bajón inicial de la crisis. Una vuelta tan rápida a niveles de crecimiento potencial evidenciaba que la demanda estaba muy caliente, fundamentalmente todo lo relacionado con el sector inmobiliario. O puede quizás que su oferta agregada tampoco fuera suficiente para absorber una demanda tan pujante, evidenciando la necesidad urgente de reformas estructurales. En mi opinión, insisto, tiene que ver con ambas cosas. Luego volveré sobre ello.
Fuente: ECONOMÍA CHINA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO
Ponencia a cargo de ALBERTO JAVIER LEBRÓN VEIGA, corresponsal de Business
Televisión en China y Asia-Pacífico.