El modelo inversión-exportaciones, con altas tasas de crecimiento y una inflación relativamente
bajo control, ha cumplido la teoría económica del catch-up (convergencia). Pero tal y como declaraba recientemente en Pekín el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, “dicho modelo está agotado”.
Desde 1978, China ha empleado a muchísima gente en sectores cada vez más competitivos. El paso
del campo a las industrias supuso un repunte notable de la productividad, cuyo efecto parece estar
agotándose. Con la acumulación de capital sucede algo parecido. Imaginemos que una unidad de
capital y un trabajador pueden producir, por ejemplo, dos bienes cada año. Es posible que,
añadiendo otra unidad de capital, se pueda producir el doble. Pero, añadiendo indefinidamente una
unidad adicional de capital al proceso productivo, no significa que la economía pueda duplicar su
producción siempre. No, porque depende también de las materias primas disponibles, recursos
limitados por definición. Y también del incremento de la fuerza laboral. Por ello decimos que la
acumulación de capital presenta rendimientos decrecientes. En el límite, por muchas unidades
adicionales de capital que se incorporen al proceso productivo, la producción u oferta total no varía.
Ahora hemos visto que la acumulación de capital en muchos sectores chinos está empezando a
ofrecer rendimientos decrecientes, lo cual frena igualmente su contribución al incremento del PIB
potencial. Y las ganancias en productividad también siguen una línea descendente conforme se
diluye el impulso inicial facilitado por la apertura tecnológica aquí.
En resumidas cuentas, desde la oferta o producción total, identificamos dos tendencias claras:
1) Las principales políticas de oferta que funcionaron durante la industrialización china ya están agotadas. Las ganancias derivadas del paso del campo a la industria están agotadas. La incorporación desde cero de nuevos inputs tecnológicos ofrece un rendimiento cada vez menor. La acumulación del capital, también. Y es preciso, por tanto, encontrar nuevas vías para incrementar la productividad fuera del modelo tradicional iniciado en 1978.
2) Aumentar dicha productividad exige identificar correctamente cuál será la estructura económica china del futuro (un modelo con más consumo doméstico orientado al sector servicios versus menos inversión, ahorro y exportaciones).
La oferta china ya no puede seguir permitiendo un crecimiento económico cercano a los dobles
dígitos (característica de países en desarrollo). La oferta china parece que adoptará, hacia 2030, una
forma de país desarrollado (con tasas de crecimiento bastante menores y mayor bienestar). Estará
basada en los servicios. Y es aquí donde la demanda también tendrá que moderarse, para no ejercer
tensiones inflacionistas sobre un PIB potencial cada vez menor.
PARTE III: LA ECONOMÍA CHINA DEL FUTURO
Al hilo del diagnóstico sobre la economía china realizado en el epígrafe anterior, esta ponencia concluye con algunas recomendaciones que podrían ayudar a corregir las disfunciones antes
identificadas. Asimismo, nos haremos eco de algunas proyecciones económicas chinas a largo plazo, si bien son simplemente eso: estimaciones. Evidentemente, el futuro económico de China está estrechamente ligado a su propia evolución político-social. Desde aquí, únicamente nos hemos
limitado a sacar una fotografía de la economía del gigante asiático. Ahora nos limitaremos, desde
un plano puramente teórico, a especular sobre cómo corregir las disfunciones de la economía China. Y, en función de todo este análisis, finalizaremos ofreciendo algunas proyecciones.
Proyecciones, insisto, condicionadas a la voluntad subjetiva de los dirigentes del país.
Condicionadas también al futuro del mundo. Condicionadas, en definitiva, a multitud de factores
que la teoría económica no puede ni podrá controlar jamás.
Fuente: ECONOMÍA CHINA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO
Ponencia a cargo de ALBERTO JAVIER LEBRÓN VEIGA, corresponsal de Business
Televisión en China y Asia-Pacífico.
Residencia Habitual:
Lishui Garden. 9 Liulitun, 1310.
100026, Distrito de Chaoyang (Pekín-República Popular de China).
E-mail: xibanyaweili@qq.com / Teléfono: +86 13693236157 / Twitter: @alebronchina
webpages: http://bolsasasiaticas.com * http://www.intereconomia.com/blog/economias-asiaticas
bajo control, ha cumplido la teoría económica del catch-up (convergencia). Pero tal y como declaraba recientemente en Pekín el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, “dicho modelo está agotado”.
Desde 1978, China ha empleado a muchísima gente en sectores cada vez más competitivos. El paso
del campo a las industrias supuso un repunte notable de la productividad, cuyo efecto parece estar
agotándose. Con la acumulación de capital sucede algo parecido. Imaginemos que una unidad de
capital y un trabajador pueden producir, por ejemplo, dos bienes cada año. Es posible que,
añadiendo otra unidad de capital, se pueda producir el doble. Pero, añadiendo indefinidamente una
unidad adicional de capital al proceso productivo, no significa que la economía pueda duplicar su
producción siempre. No, porque depende también de las materias primas disponibles, recursos
limitados por definición. Y también del incremento de la fuerza laboral. Por ello decimos que la
acumulación de capital presenta rendimientos decrecientes. En el límite, por muchas unidades
adicionales de capital que se incorporen al proceso productivo, la producción u oferta total no varía.
Ahora hemos visto que la acumulación de capital en muchos sectores chinos está empezando a
ofrecer rendimientos decrecientes, lo cual frena igualmente su contribución al incremento del PIB
potencial. Y las ganancias en productividad también siguen una línea descendente conforme se
diluye el impulso inicial facilitado por la apertura tecnológica aquí.
En resumidas cuentas, desde la oferta o producción total, identificamos dos tendencias claras:
1) Las principales políticas de oferta que funcionaron durante la industrialización china ya están agotadas. Las ganancias derivadas del paso del campo a la industria están agotadas. La incorporación desde cero de nuevos inputs tecnológicos ofrece un rendimiento cada vez menor. La acumulación del capital, también. Y es preciso, por tanto, encontrar nuevas vías para incrementar la productividad fuera del modelo tradicional iniciado en 1978.
2) Aumentar dicha productividad exige identificar correctamente cuál será la estructura económica china del futuro (un modelo con más consumo doméstico orientado al sector servicios versus menos inversión, ahorro y exportaciones).
La oferta china ya no puede seguir permitiendo un crecimiento económico cercano a los dobles
dígitos (característica de países en desarrollo). La oferta china parece que adoptará, hacia 2030, una
forma de país desarrollado (con tasas de crecimiento bastante menores y mayor bienestar). Estará
basada en los servicios. Y es aquí donde la demanda también tendrá que moderarse, para no ejercer
tensiones inflacionistas sobre un PIB potencial cada vez menor.
PARTE III: LA ECONOMÍA CHINA DEL FUTURO
Al hilo del diagnóstico sobre la economía china realizado en el epígrafe anterior, esta ponencia concluye con algunas recomendaciones que podrían ayudar a corregir las disfunciones antes
identificadas. Asimismo, nos haremos eco de algunas proyecciones económicas chinas a largo plazo, si bien son simplemente eso: estimaciones. Evidentemente, el futuro económico de China está estrechamente ligado a su propia evolución político-social. Desde aquí, únicamente nos hemos
limitado a sacar una fotografía de la economía del gigante asiático. Ahora nos limitaremos, desde
un plano puramente teórico, a especular sobre cómo corregir las disfunciones de la economía China. Y, en función de todo este análisis, finalizaremos ofreciendo algunas proyecciones.
Proyecciones, insisto, condicionadas a la voluntad subjetiva de los dirigentes del país.
Condicionadas también al futuro del mundo. Condicionadas, en definitiva, a multitud de factores
que la teoría económica no puede ni podrá controlar jamás.
Fuente: ECONOMÍA CHINA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO
Ponencia a cargo de ALBERTO JAVIER LEBRÓN VEIGA, corresponsal de Business
Televisión en China y Asia-Pacífico.
Residencia Habitual:
Lishui Garden. 9 Liulitun, 1310.
100026, Distrito de Chaoyang (Pekín-República Popular de China).
E-mail: xibanyaweili@qq.com / Teléfono: +86 13693236157 / Twitter: @alebronchina
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