La dinastía Ming (1368-1644)
La dinastía Ming (1368-1644)
Fundada por Chu, los Ming establecieron su capital en principio en Nanjing y revitalizaron la civilización china de los Tang y los Song. Su poder se asentó firmemente en China y a lo largo de Asia oriental, se restableció el gobierno civil, se fomentó la literatura, se fundaron escuelas y se reformó la administración de justicia; se amplió la Gran Muralla y se mejoró el Gran Canal. El imperio se dividió en 15 provincias, la mayor parte de las cuales aún mantienen sus nombres originales. Cada provincia estaba supervisada por tres comisionados — uno para las finanzas, otro para los temas militares y un tercero para los temas judiciales. El comisionado financiero, que encabezaba la administración, fue sustituido en los últimos años de la dinastía por un gobernador.
Los primeros Ming también restablecieron el sistema de relaciones tributarias mediante las cuales los estados no chinos de Asia oriental reconocieron la supremacía cultural y moral de China y enviaron periódicamente tributos a la corte china. Durante el primer cuarto del siglo XV, las tribus de Mongolia fueron derrotadas definitivamente y la capital volvió a ubicarse en Pekín. Las expediciones navales chinas extendieron el poder del imperio Ming a lo largo de todo el sureste de Asia, la India y Madagascar. Sin embargo, desde mediados del siglo XV, el poder Ming comenzó a declinar. El protagonismo imperial se había deteriorado y los eunucos de la corte llegaron a ejercer un gran control sobre el emperador, alentando el descontento y la creación de grupos disidentes en el gobierno. El tesoro imperial se había reducido a causa del coste de la defensa contra las repetidas incursiones mongolas y las incursiones de los piratas japoneses que habían asolado la costa sureste durante todo el siglo XVI. Una campaña de siete años contra las tropas japonesas en Corea a finales del siglo XVI dejó a los Ming exhaustos.
Durante el periodo de decadencia de los Ming, se iniciaron las relaciones marítimas entre Occidente y China. Los primeros en llegar fueron los portugueses, en 1521, y hacia 1557 habían adquirido una factoría comercial en Macao. Después de 1570 comenzó el comercio entre China y los asentamientos
españoles en Filipinas. En 1619 los holandeses se asentaron en Taiwan y tomaron posesión de las cercanas islas Pescadores. Mientras tanto, en la última mitad del siglo XVI, habían llegado a China desde Europa misioneros jesuitas y comenzaron a predicar el cristianismo. La sabiduría y los conocimientos de los jesuitas pronto les dieron acceso a la corte Ming, ante la oposición de los sabios
neoconfucianos que permanecían preocupados con problemas de orden social.
Los jesuitas fueron incapaces de implantar el cristianismo y de arraigar en China el pensamiento científico occidental.
La caída de los Ming se ocasionó por una rebelión que estalló en la provincia de Shaanxi como resultado de la incapacidad gubernamental para proporcionar ayudas en momentos de hambre y desempleo. Cuando los rebeldes llegaron a Pekín en 1664, las tropas Ming estaban desplegadas en la Gran Muralla, procurando frenar la invasión de los manchúes, una tribu tungúsica que había obtenido recientemente el poder en Dongbei Pingyuan (Manchuria). Los Ming decidieron aceptar la ayuda manchú para expulsar a los rebeldes de la capital, pero tras prestar esa colaboración, los manchúes se negaron a abandonar Pekín, lo que forzó a los Ming a retirarse al Sur de China, donde intentaron, sin éxito, restablecer su régimen.
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Eugenio Anguiano (agosto de 2008).
EL MODELO INVERSIÓN-EXPORTACIÓN EXIGE A CHINA ELEVADAS TASAS DE AHORRO
• EL MODELO INVERSIÓN-EXPORTACIÓN EXIGE A CHINA ELEVADAS TASAS
DE AHORRO
China tiene una tasa de ahorro muy elevada, superior al 50%. La mitad del mismo está en manos de las empresas estatales. El ahorro, por definición, es la renta o PIB que no se consume. Y la inversión, también por definición, se financia con ahorro. Cuanto más ahorro existe en la economía, menos consumo habrá (terreno que, por otra parte, acabarían ocupando las inversiones).
Invertir en exceso es malo para el bienestar. Por ejemplo, una autopista puede hacer ganar en bienestar si sirve para estimular la actividad económica. Quizás incluso dos, tres y diez más. Pero
hacer autopistas que no son necesarias es tirar el dinero. A esto se refieren los analistas cuando
hablan de “inversión sobrecalentada”.
China tiene un ahorro tan elevado porque su modelo económico está basado en el binomio exportaciones baratas-inversión. Y dicho ahorro excesivo, insisto, se invierte en activos que
ofrecen un retorno cada vez menor.
Para exportar barato, es condición necesaria mantener una divisa devaluada. Y, para ello, el tipo de
cambio debe ser fijo. Esto significa que la cotización del yuan no puede determinarse libremente
dentro del mercado de divisas. La cotización de cualquier divisa se determina por las relaciones del
país en cuestión con otros países. Tomemos como ejemplo la relación entre China y EEUU. El cambio de ambas divisas puede determinarse atendiendo a los siguientes movimientos:
1) Exportadores chinos a EEUU, por ejemplo, que ofrecen dólares en el mercado de divisas
para obtener yuanes.
2) Importadores chinos que desean comprar productos a EEUU (como deben pagarlos en
dólares, ofrecen yuanes para adquirir la divisa estadounidense).
3) Inversores estadounidenses en China, que intercambian sus dólares por yuanes para hacer
negocios aquí.
4) Inversores chinos en EEUU, que deben hacer lo contrario (vender yuanes y adquirir dólares para realizar sus inversiones allí).
Hay más intercambios posibles, todos con los mismos efectos y contabilizados en la balanza de pagos correspondiente. Pero, por simplificar: cuando China tiene un superávit comercial con EEUU, dentro del mercado de divisas estarán ofreciéndose más dólares que yuanes. Lo mismo sucede cuando se gastan más dinero los turistas estadounidenses en China que viceversa. Y también cuando se demandan más inversiones en China que dentro de EEUU. El mercado, por tanto, lo que refleja en todos estos casos es una oferta excesiva de dólares frente al yuan. Si el mercado fuera libre, la oferta excesiva del dólar debería abaratar su valor después de cada superávit chino con EEUU. Sin embargo, esto no es así porque China tiene un sistema de cambios fijos, impidiendo la fluctuación libre del cambio yuan-dólar. El ajuste libre de la cotización cambiaria se ve interrumpido mediante una intervención sistemática del propio banco central chino que, como comentaba antes, compra esos dólares “sobrantes” y los paga con yuanes recién imprimidos. Dichos dólares son anotados automáticamente en su cuenta de activo. Y, como sabemos, dichas reservas superan ya los tres billones (fundamentalmente dólares estadounidenses, pero también otras divisas, puesto que lo anterior era tan solo un ejemplo).
Esta disfunción, ya lo hemos dicho antes, ejerce presiones inflacionistas sobre la economía de China. No solamente debido a la intervención cambiaria (compra de dólares por parte del banco central, que debe imprimir nuevos yuanes para pagarlos). Las importaciones en dólares, por ejemplo, resultan más caras cuanto menor sea el valor de la divisa china. Sin embargo, esto no constituye un problema inmediato, puesto que es posible contrarrestar tales efectos negativos mediante otras políticas (subiendo el RRR o subvencionando los productos importados). Lo realmente grave, no obstante, es la propia naturaleza del modelo.
Para que Pekín pueda controlar sus tipos cambiarios sin causar ningún estropicio macroeconómico, necesita limitar los flujos de capital. Como regla general, ningún particular en este país puede cambiar más de cincuenta mil dólares anuales. Esto significa que el ahorro privado permanece cautivo en China, sin apenas capacidad de salir al exterior para obtener unos mayores rendimientos.
Estas restricciones al libre movimiento de capitales, que sirven para sostener el actual modelo exportación-inversión-ahorro, y justifican parcialmente un ahorro tan elevado; generan también otras disfunciones económicas adicionales:
1) Parte importante del ahorro privado y corporativo chino, ante la imposibilidad de salir al exterior, acaba en depósitos bancarios (un 50%)27. Estos depósitos, además, proporcionan el músculo necesario para la financiación barata de las inversiones estatales.
Dichas inversiones con dinero barato son ineficientes en muchas ocasiones, porque el precio no está reflejando adecuadamente el coste real del capital. Cuanto más barato es el acceso al crédito, preferente para las empresas estatales, menos rendimiento requerirá la inversión para amortizar los préstamos. Tales inversiones, por tanto, tenderán necesariamente a ser de peor calidad. Y el coste para los ciudadanos podemos establecerlo en un menor rendimiento incluso de sus ahorros, gracias al cual se puede sostener toda esta dinámica ineficiente. Los chinos, digámoslo así, no pueden hacer un uso óptimo de sus ahorros.
2) El bajo tipo ofrecido para los depósitos bancarios favorece que haya crisis locales como la de Wenzhou (Zhejiang). Cuando los tipos sobre depósitos subieron por última vez en julio del año pasado al 3,5%; la inflación ya prácticamente duplicaba esta tasa. Los tipos de interés sobre depósitos eran, y son, negativos. Con una inflación más elevada que la remuneración del depósito en cuestión, los ahorradores chinos pierden poder adquisitivo. Y, lógicamente, muchos intentarán buscar nuevas vías para incrementar el rendimiento de su dinero. Por tanto, en vez de depositar el dinero dentro del banco, algunos ahorradores en Wenzhou decidieron prestar sus fondos a otros inversores que les ofrecían unos intereses mucho mayores. Este sistema informal, muy precario e igualmente ineficiente en su concepción, acabó provocando la quiebra de prósperas PYMES28.
3) Wenzhou está estrechamente relacionado con la ausencia de alternativas para el ahorro, que muchas veces se ve condenado a obtener rendimientos decrecientes (cuando no negativos, como he comentado unas lineas más arriba). La segunda opción de ahorro para el chino medio, aparte del depósito bancario, son las inversiones en vivienda y bolsa. Y aquí, como es evidente, el peligro más inmediato son las burbujas que se pueden crear.
4) El ahorro cautivo, dentro del límite, terminaría desapareciendo si siempre fuera destinado a inversiones con rendimientos decrecientes. Estos rendimientos están empezando a aparecer, por lo que China deberá variar su rumbo: favorecer el consumo en lugar del exceso de ahorro e inversión.
Fuente: ECONOMÍA CHINA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO
Ponencia a cargo de ALBERTO JAVIER LEBRÓN VEIGA, corresponsal de Business
Televisión en China y Asia-Pacífico.
Templo del Caballo Blanco en Henan
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Templo del Caballo Blanco en Henan
Personas visitan el santuario con estilo de Myanmar en el Templo Baima, o Templo del Caballo Blanco, en Luoyang, en la provincia de Henan, en el centro de China, el 11 de agosto de 2016. El santuario fue diseñado y financiado por Myamar.
Los Song del sur
Los Song del sur
Incitados por la propia debilidad militar y fiscal, los Song se aliaron, a comienzos del año 1120 con la dinastía Jin (1122-1234) del norte de Dongbei Pingyuan (Manchuria) en contra de los Liao. Después de la derrota de éstos, los Jin se volvieron contra los Song y marcharon hacia el norte de China, tomando la capital, Kaifeng, en 1126. Los Song se retiraron y en 1135 restablecieron su capital en Hangzhou, en la provincia de Zhejiang.
Bajo los Song del sur, la China meridional siguió desarrollándose con rapidez. La prosperidad económica y los logros intelectuales sobrepasaron a los de sus hermanos conquistados del norte; el rápido desarrollo económico permitió al gobierno reforzar sus defensas en mayor grado que lo que habían conseguido los Song del norte; el confucianismo, sintetizado en su forma final por Zhu Xi, siguió como un sistema de pensamiento centrado en el hombre, aunque tomó prestadas doctrinas metafísicas del budismo para presentar una filosofía del Universo más equilibrada y duradera. Aunque el deterioro administrativo fue en aumento, los Song del sur no mostraban signos de inestabilidad interna; sin embargo la dinastía fue sometida por una fuerza militar claramente superior tras algunos años de duros enfrentamientos.
En 1206, una asamblea de todas las tribus turcomongolas se reunió en Karakorum, en Mongolia exterior, para confirmar el establecimiento de la unidad mongola bajo la jefatura de Gengis Kan. Los mongoles iniciaron inmediatamente una serie de conquistas que dieron como resultado el establecimiento del mayor imperio conocido hasta entonces. En China fue la dinastía extranjera Jin la que primero cayó ante los ejércitos mongoles. Gengis Kan conquistó Pekín en 1215 y por tanto extendió su poder sobre el resto del norte de China. La conquista de los Song del sur no se completó hasta el 1279, después de que Kublai Kan, nieto de Gengis Kan, heredara la dirección de las fuerzas mongolas.
1.3.2.3 Mandato mongol
Kublai trasladó la capital mongola desde Karakorum hasta un lugar cercano a Pekín, desde donde gobernó un imperio que se extendía desde la Europa oriental hasta Corea y desde el norte de Siberia al sur de la frontera norte de la India.
Kublai y sus sucesores adoptaron gran parte de la maquinaria administrativa que había existido bajo los Song. Gobernaron como emperadores de China con el título dinástico de Yuan (1279-1368) y así son considerados por los chinos. El reinado de Kublai Kan fue el punto más alto del poder mongol. Se mejoraron mucho las comunicaciones y las rutas de comercio de Asia central, bajo control mongol, eran ahora más seguras que nunca, favoreciendo el tráfico comercial desde Occidente a Oriente. Llegaron a China misioneros y comerciantes, y con ellos aparecieron nuevas ideas, técnicas, alimentos y medicinas. El más conocido de los extranjeros que llegaron a China fue el mercader veneciano Marco Polo, cuyos escritos describieron muy vivamente el esplendor del Imperio mongol.
Mientras tanto, existía un creciente descontento dentro de China. La clase oficial confuciana estaba resentida por las prohibiciones mongolas para que los chinos ocuparan puestos importantes. La inflación y los impuestos oprimían a los campesinos chinos. Las décadas de 1330 y 1340 estuvieron marcadas por las malas cosechas y el hambre en el norte de China, y por fuertes inundaciones del
Huang He. Durante la década de 1340 tuvieron lugar levantamientos en casi todas las provincias. En la siguiente década aparecieron destacados dirigentes rebeldes y en la década de 1360 Chu Yuanziang, un antiguo monje budista, fue capaz de extender su poder a través del valle del Yangzi Jiang. En 1371, mientras los mongoles estaban paralizados por rivalidades internas, marchó hacia el norte y tomó Pekín. Finalmente los mongoles se retiraron a su territorio de Mongolia, desde donde continuaron hostigando a los chinos.
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Eugenio Anguiano (agosto de 2008).
ECONOMÍA CHINA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO Antes comentar que
ECONOMÍA CHINA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO
Antes comentar que, aparte de subir los tipos, Pekín también impuso medidas administrativas para intentar controlar la inflación inmobiliaria. La obligatoriedad de pagar un elevado porcentaje en efectivo para comprar una vivienda es el ejemplo más recurrente. También se han impuesto restricciones a la adquisición de inmuebles con fines especulativos. Pero la medida más comentada, sin duda, ha sido la subida constante del ratio sobre reservas bancarias (reserve requirement ratio o RRR, por sus siglas en inglés). Más que actuar sobre el precio del dinero, China suele adoptar una estrategia de política monetaria cuantitativa (controla directamente los niveles o cantidad de liquidez). China retira liquidez del sistema cada vez que aumenta el ratio sobre reservas bancarias y viceversa. El ratio sobre reservas bancarias es un porcentaje sobre depósitos que los bancos comerciales están obligados a mantener dentro del propio banco central. Y, cuanto más elevada sea dicha magnitud, menos dinero disponible tendrá el sistema bancario para prestar.
Aclarado este punto, el RRR también ha evolucionado de forma similar a los tipos de interés.
Entre septiembre y diciembre del año 2008, lo que observamos es un recorte de 200 puntos básicos
para los grandes bancos (del 17,5% al 15,5%). Durante 2009, al igual que ocurrió con los tipos de interés, el RRR no varió. Y no es hasta junio del año 2011, momento en que la economía repunta
notablemente -aunque con una elevada inflación- cuando el RRR sube otra vez 600 puntos básicos
(21,5% para los grandes bancos comerciales). La “W” que señalábamos antes, también podemos
apreciarla si observamos con detenimiento cómo evoluciona el RRR (del 21,5% entonces, ha bajado
nuevamente al 20,5% actual).
Hemos dicho que las políticas monetarias restrictivas, aplicadas fundamentalmente durante 2011, respondían sobre todo a una necesidad inmediata: contener la inflación. La demanda agregada china estaba muy caliente, básicamente por las inyecciones masivas de liquidez tras el colapso del banco Lehman Brothers. Entonces, las exportaciones chinas habían empezado a sufrir un retroceso histórico en el último trimestre del año 2008, por lo que era preciso encontrar otras vías de crecimiento. Pero, tarde o temprano, las tensiones inflacionistas tenían que aflorar.
Todas las subidas antes mencionadas del RRR durante 2011, también estaban evidenciando otra anomalía estructural de China: la intervención cambiaria. Efectivamente, el yuan chino no cotiza libremente. Y, para mantener su precio relativamente bajo después de cada superávit exterior,
el banco central tiene que absorber divisa extranjera (dólares estadounidenses) mientras imprime
simultáneamente moneda nacional.
Esta liquidez adicional en yuanes, derivada del superávit exterior chino, se “esteriliza”
subiendo el RRR.
Todos hemos escuchado a los diferentes gobiernos de Wahington protestar por lo que allí llaman “la
cotización artificialmente barata del yuan”. Dicha premisa no responde más que a una devaluación
constante del yuan para mantener la competitividad de las exportaciones chinas. No olvidemos que
el milagro económico chino se basa en un modelo de inversión, exportaciones baratas y ahorro. Un
modelo que, según todos los analistas, debe cambiar.
En resumen, las tensiones inflacionistas por el lado de la demanda agregada china responden
básicamente a dos disfunciones estructurales:
1) Distribución “arbitraria” o “ineficiente” del crédito bancario. Liquidez excesiva, más bajos tipos de interés, que favorecen inversiones con rendimientos decrecientes (vivienda y otras industrias sobrecalentadas).
2) Intervención administrativa del yuan o reminbi, que exige inyectar más liquidez al sistema para mantener el tipo de cambio fijo.
Nótese también que los endurecimientos monetarios (tipos y RRR), además de atajar la inflación,
enfrían el crecimiento económico. Y toda desaceleración brusca del PIB, por definición, puede
provocar desequilibrios tanto económicos como sociales que condicionaran su evolución futura. El
debate coyuntural es si China afronta un aterrizaje brusco o suave de su economía. Todo dependerá
de cómo gestione estas tensiones a corto plazo aunque, para evitar que se perpetúen, debe mantener
un ojo puesto en el medio-largo.
Fuente: ECONOMÍA CHINA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO
Ponencia a cargo de ALBERTO JAVIER LEBRÓN VEIGA, corresponsal de Business
Televisión en China y Asia-Pacífico.
Maduración cultural y gobierno extranjero
Maduración cultural y gobierno extranjero
El periodo de las Cinco Dinastías terminó en el 960, cuando un jefe militar, Zhao Guangyin, accedió al trono y proclamó el establecimiento de la dinastía Song (960-1279). Hacia el 978 los Song controlaban la mayor parte de China, de la que quedaban excluidos tan sólo aquellos territorios en el norte de las provincias de Hebei y Shaanxi en poder de la dinastía Liao de los mongoles Khitan. El
periodo suele subdividirse en la etapa de los Song del norte (960-1126), cuando la capital estaba situada en Kaifeng, y la de los Song del sur (1127-1279), cuya capital se encontraba en Hangzhou y la dinastía Tan sólo controlaba el sur de China.
1.3.2.1 Los Song del norte
Los primeros Song limitaron en gran manera el poder de los militares de las provincias y subordinaron el ejército al gobierno civil, por miedo a dispersar el poder militar hacia las fronteras, un desarrollo que había debilitado a los Tang.
Así, los funcionarios (burócratas) civiles dominaban cada aspecto del gobierno y sociedad. El sistema Tang de realizar exámenes o pruebas para los funcionarios públicos se expandió para proporcionar a la dinastía un constante flujo de talentos. Los Song reorganizaron el gobierno imperial, centralizando el control efectivo en la capital de una manera mucho mayor que hasta entonces.
La estructura administrativa local permaneció según el modelo diseñado por los Tang. La literatura, las artes y la filosofía siguieron su desarrollo a lo largo de las líneas que se habían establecido en el último periodo Tang. La educación floreció y la economía siguió su expansión y diversificación. Sin embargo, la debilidad militar se convirtió en un problema crónico.
Después de numerosas derrotas a manos de los Liao, los Song firmaron un tratado en el 1004, cediendo de forma permanente el área que los Liao ocupaban a lo largo de la frontera norte y aceptando pagar un tributo anual.
Tras una lucha prolongada con los Xi Xia, una tribu de la frontera noroccidental, los Song de nuevo compraron la paz en 1044, aceptando el pago de un tributo.
Hacia mediados del siglo XI, los Song comenzaron a experimentar dificultades fiscales. El crecimiento demográfico había sobrepasado las tasas del crecimiento económico y los gastos militares asociados a la defensa de la frontera norte al igual que los costes administrativos de una burocracia civil en constante crecimiento consumían la mayor parte de los ingresos anuales. Mientras se deterioraba la situación militar y fiscal, la burocracia civil estaba dividida en grupos que proponían diferentes medidas reformistas.
En 1069, un joven emperador Song eligió al capaz Wang Anshi como su consejero principal. Wang concibió una serie de reformas tajantes destinadas a incrementar los ingresos gubernamentales, reducir los gastos y reforzar el ejército. Al darse cuenta de que los ingresos del gobierno estaban relacionados con la prosperidad de los campesinos individuales que pagaban impuestos, propuso una reforma agraria que daría terrenos iguales a todos, préstamos para ayudar a los agricultores en la siembra y cosecha, la eliminación de trabajo obligatorio para los campesinos, un impuesto gradual sobre la riqueza y la compra por parte del Estado de los excedentes de bienes para su redistribución
en tiempos de hambre. Se adoptaron algunos de estos programas de Wang, pero pronto se abandonaron a causa de la oposición de la burocracia.
Fuente: Historia china
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