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Li Keqiang. Primer Ministro de la República Popular de China

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Li Keqiang. Primer Ministro de la República Popular de China (marzo de 2013) Cargos: Primer Ministro de la República de China (desde 2013), Secretario del Partido en el Consejo de Estado (desde 2013), Miembro del Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista.
Nació el 1 de Julio de 1955 en Dingyuan, Anhui. Después de graduarse en Derecho y doctorarse en Economía en la Universidad de Beijing, en 1980 obtuvo el cargo de Secretario de la Liga de las Juventudes Comunistas en la Universidad de Beijing, ascendiendo a líder de la misma en 1982. De 1993 a 1998 sirvió como secretario general de la Liga de Juventudes Comunistas. En 1998 ocupó el
cargo de gobernador de Henan, donde trabajó duramente para impulsar el crecimiento económico de la provincia, el cual mejoró substancialmente. En 2004 abandonó Henan y fue nombrado gobernador de Liaoning (2004-2007), donde trabajó para mejorar las infraestructuras portuarias, favoreciendo así al tráfico comercial.
En 2007 fue elegido miembro del Comité Permanente del Politburó y desde 2008, Vice Primer Ministro, mano derecha de Wen Jiabao. Como Viceprimer Ministro, su agenda incluía ya los conceptos clave para el futuro desarrollo de China: un desarrollo continuo pero sostenible, apostando cada vez más por las energías renovables, modernizando las industrias clave para el desarrollo (agricultura, seguridad energética, alimentación, etc…), favoreciendo una redistribución de la riqueza para el crecimiento y asentamiento de la sociedad de clase media y focalizando el crecimiento económico en el consumo doméstico, en una urbanización más sostenible y asequible para la mayoría y extendiendo el sistema sanitario para que llegue a más amplios sectores de la población.

Fuente: China
República Popular (de) China
OFICINA DE INFORMACIÓN DIPLOMÁTICA

HISTORIA DE CHINA La rebelión Taiping

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HISTORIA DE CHINA
La rebelión Taiping
Durante la década de 1850 se agitaron los cimientos del imperio por la rebelión Taiping, una revolución popular de origen religioso, social y económico. Su dirigente, Hong Xiuquan se llegó a considerar a sí mismo hermano pequeño de Jesucristo, al que por mandato divino se le había ordenado deshacerse del mandato manchú de China y establecer una dinastía cristiana. La rebelión surgió en la provincia de Guangxi en 1851; hacia 1853 los Taiping se habían desplazado hacia el norte y establecido su capital en Nanjing. Aunque no fueron capaces de ocupar Pekín, hacia 1860 estaban firmemente atrincherados en el valle del Yangzi Jiang y amenazaban Shanghai.
La dinastía manchú, enfrentada a la realidad de tener que mantener relaciones con los más poderosos Estados occidentales y destrozada por una rebelión interna de proporciones sin precedentes, pretendió reformar su política para garantizar la supervivencia del imperio. Desde 1860 a 1895 se hicieron intentos para restaurar el gobierno siguiendo principios confucianos con el fin de solucionar los problemas internos, sociales y económicos, y permitir la introducción de tecnología occidental que reforzara el poder del Estado. Los manchúes eran incapaces de proporcionar las directrices para tales programas, por lo que los reformistas se dirigieron hacia los oficiales chinos de las provincias.
Gracias al poder imperial que les había concedido una mayor autoridad financiera, administrativa y militar, algunos de estos oficiales chinos habían tenido importantes éxitos al llevar a cabo sus programas. Durante las décadas de 1860 y 1870, en gran medida a través de los esfuerzos de los gobernadores Tseng Kuo-Fan y Li Hongzhang, se sofocó la rebelión Taiping, se restauró la paz interna, se establecieron arsenales y astilleros, y se abrieron varias minas. Sin embargo, los objetivos de mantener un gobierno confuciano y desarrollar un poder militar moderno eran básicamente incompatibles. La dirección de este programa de modernizaciones fue desempeñada por los burócratas neoconfucianos, graduados siguiendo el sistema de exámenes para funcionarios públicos. Sin embargo, estos hombres estaban pobremente equipados o estaban encargados de llevar a cabo programas parciales de modernización cuyo objetivo era aumentar el poder estatal; en consecuencia, los esfuerzos de China por fortalecerse desde 1860 a 1895 fueron inútiles.

Fuente: Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004
Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos. Versión adaptada por
Eugenio Anguiano (agosto de 2008).

El modelo inversión-exportaciones, con altas tasas de crecimiento

El modelo inversión-exportaciones, con altas tasas de crecimiento y una inflación relativamente
bajo control, ha cumplido la teoría económica del catch-up (convergencia). Pero tal y como declaraba recientemente en Pekín el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, “dicho modelo está agotado”.
Desde 1978, China ha empleado a muchísima gente en sectores cada vez más competitivos. El paso
del campo a las industrias supuso un repunte notable de la productividad, cuyo efecto parece estar
agotándose. Con la acumulación de capital sucede algo parecido. Imaginemos que una unidad de
capital y un trabajador pueden producir, por ejemplo, dos bienes cada año. Es posible que,
añadiendo otra unidad de capital, se pueda producir el doble. Pero, añadiendo indefinidamente una
unidad adicional de capital al proceso productivo, no significa que la economía pueda duplicar su
producción siempre. No, porque depende también de las materias primas disponibles, recursos
limitados por definición. Y también del incremento de la fuerza laboral. Por ello decimos que la
acumulación de capital presenta rendimientos decrecientes. En el límite, por muchas unidades
adicionales de capital que se incorporen al proceso productivo, la producción u oferta total no varía.
Ahora hemos visto que la acumulación de capital en muchos sectores chinos está empezando a
ofrecer rendimientos decrecientes, lo cual frena igualmente su contribución al incremento del PIB
potencial. Y las ganancias en productividad también siguen una línea descendente conforme se
diluye el impulso inicial facilitado por la apertura tecnológica aquí.
En resumidas cuentas, desde la oferta o producción total, identificamos dos tendencias claras:
1) Las principales políticas de oferta que funcionaron durante la industrialización china ya están agotadas. Las ganancias derivadas del paso del campo a la industria están agotadas. La incorporación desde cero de nuevos inputs tecnológicos ofrece un rendimiento cada vez menor. La acumulación del capital, también. Y es preciso, por tanto, encontrar nuevas vías para incrementar la productividad fuera del modelo tradicional iniciado en 1978.
2) Aumentar dicha productividad exige identificar correctamente cuál será la estructura económica china del futuro (un modelo con más consumo doméstico orientado al sector servicios versus menos inversión, ahorro y exportaciones).
La oferta china ya no puede seguir permitiendo un crecimiento económico cercano a los dobles
dígitos (característica de países en desarrollo). La oferta china parece que adoptará, hacia 2030, una
forma de país desarrollado (con tasas de crecimiento bastante menores y mayor bienestar). Estará
basada en los servicios. Y es aquí donde la demanda también tendrá que moderarse, para no ejercer
tensiones inflacionistas sobre un PIB potencial cada vez menor.
PARTE III: LA ECONOMÍA CHINA DEL FUTURO
Al hilo del diagnóstico sobre la economía china realizado en el epígrafe anterior, esta ponencia concluye con algunas recomendaciones que podrían ayudar a corregir las disfunciones antes
identificadas. Asimismo, nos haremos eco de algunas proyecciones económicas chinas a largo plazo, si bien son simplemente eso: estimaciones. Evidentemente, el futuro económico de China está estrechamente ligado a su propia evolución político-social. Desde aquí, únicamente nos hemos
limitado a sacar una fotografía de la economía del gigante asiático. Ahora nos limitaremos, desde
un plano puramente teórico, a especular sobre cómo corregir las disfunciones de la economía China. Y, en función de todo este análisis, finalizaremos ofreciendo algunas proyecciones.
Proyecciones, insisto, condicionadas a la voluntad subjetiva de los dirigentes del país.
Condicionadas también al futuro del mundo. Condicionadas, en definitiva, a multitud de factores
que la teoría económica no puede ni podrá controlar jamás.

Fuente: ECONOMÍA CHINA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO
Ponencia a cargo de ALBERTO JAVIER LEBRÓN VEIGA, corresponsal de Business
Televisión en China y Asia-Pacífico.
Residencia Habitual:
Lishui Garden. 9 Liulitun, 1310.
100026, Distrito de Chaoyang (Pekín-República Popular de China).
E-mail: xibanyaweili@qq.com / Teléfono: +86 13693236157 / Twitter: @alebronchina
webpages: http://bolsasasiaticas.com * http://www.intereconomia.com/blog/economias-asiaticas

HISTORIA CHINA La rebelión Taiping

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HISTORIA CHINA
La rebelión Taiping
Durante la década de 1850 se agitaron los cimientos del imperio por la rebelión Taiping, una revolución popular de origen religioso, social y económico. Su dirigente, Hong Xiuquan se llegó a considerar a sí mismo hermano pequeño de Jesucristo, al que por mandato divino se le había ordenado deshacerse del mandato manchú de China y establecer una dinastía cristiana. La rebelión surgió en la provincia de Guangxi en 1851; hacia 1853 los Taiping se habían desplazado hacia el norte y establecido su capital en Nanjing. Aunque no fueron capaces de ocupar Pekín, hacia 1860 estaban firmemente atrincherados en el valle del Yangzi Jiang y amenazaban Shanghai.
La dinastía manchú, enfrentada a la realidad de tener que mantener relaciones con los más poderosos Estados occidentales y destrozada por una rebelión interna de proporciones sin precedentes, pretendió reformar su política para garantizar la supervivencia del imperio. Desde 1860 a 1895 se hicieron intentos para restaurar el gobierno siguiendo principios confucianos con el fin de solucionar los problemas internos, sociales y económicos, y permitir la introducción de tecnología occidental que reforzara el poder del Estado. Los manchúes eran incapaces de proporcionar las directrices para tales programas, por lo que los reformistas se dirigieron hacia los oficiales chinos de las provincias.
Gracias al poder imperial que les había concedido una mayor autoridad financiera, administrativa y militar, algunos de estos oficiales chinos habían tenido importantes éxitos al llevar a cabo sus programas. Durante las décadas de 1860 y 1870, en gran medida a través de los esfuerzos de los gobernadores Tseng Kuo-Fan y Li Hongzhang, se sofocó la rebelión Taiping, se restauró la paz interna, se establecieron arsenales y astilleros, y se abrieron varias minas. Sin embargo, los objetivos de mantener un gobierno confuciano y desarrollar un poder militar moderno eran básicamente incompatibles. La dirección de este programa de modernizaciones fue desempeñada por los burócratas neoconfucianos, graduados siguiendo el sistema de exámenes para funcionarios públicos. Sin embargo, estos hombres estaban pobremente equipados o estaban encargados de llevar a cabo programas parciales de modernización cuyo objetivo era aumentar el poder estatal; en consecuencia, los esfuerzos de China por fortalecerse desde 1860 a 1895 fueron inútiles.
1.4.2.4 Esferas de influencia extranjeras
En principio, los Estados occidentales tendían a consolidar sus beneficios bajo la firma de tratados desiguales más que a buscar privilegios adicionales. Sin embargo, en 1875 Occidente y Japón comenzaron a desmantelar el sistema chino de estados tributarios, mantenidos en el sureste de Asia. Desde 1875 las islas Ryūkyū cayeron bajo el control japonés. La Guerra Chino-francesa de 1884
y 1885 puso Tonkín bajo el imperio colonial francés y al año siguiente Gran Bretaña ocupó Birmania. En 1860 Rusia obtuvo las provincias marítimas del norte de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y los territorios al norte del río Amur. En 1894 los esfuerzos japoneses por anexionarse Corea originaron la Guerra Chinojaponesa.
China sufrió una derrota decisiva en 1895 y se vio forzada a reconocer la pérdida de Corea, pagar una enorme indemnización de guerra y ceder a Japón la isla de Taiwan y la península de Liaodong, en el sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria).
Rusia, Francia y Alemania reaccionaron de inmediato ante la cesión de la península de Liaodong, pues suponía otorgar a Japón una posición prioritaria en la región más rica de China. Estos tres Estados intervinieron demandando que Japón devolviera Liaodong a cambio de una mayor indemnización económica.
Una vez que consiguieron esto, las tres potencias europeas le presentaron a China nuevas demandas. Hacia 1898, sin poder negarse a las demandas extranjeras, China había sido dividida en esferas de influencia económica. Se le concedió a Rusia el derecho a construir el ferrocarril Transiberiano, la posesión del ferrocarril chino oriental, que a través de Dongbei Pingyuan (Manchuria) llegaba hasta Vladivostok, y el ferrocarril del sur de esta región atravesando el extremo meridional de la península de Liaodong, así como derechos económicos adicionales exclusivos en el conjunto de Dongbei Pingyuan (Manchuria). Otros derechos de exclusividad para el desarrollo de ferrocarriles y la explotación de minas se concedieron a Alemania en la provincia de Shandong, a Francia en las
provincias meridionales, a Gran Bretaña en las provincias ribereñas del Yangzi Jiang y a Japón en las provincias costeras del sureste. Como resultado de la Guerra Ruso-japonesa (1904-1905), la mayor parte del ferrocarril del sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y los derechos rusos de esta zona fueron transferidos a Japón. Estados Unidos, en un intento de mantener sus derechos en China sin competir por el territorio, inició la política de puertas abiertas en 1899 y 1900. Esa política, consentida por las restantes potencias, estipulaba que sus nuevos privilegios en China no cambiaban en ninguna manera la posición igualitaria de todos los Estados acogidos a las cláusulas de nación más
favorecida. Estados Unidos acometió la garantía de la integridad territorial y administrativa de China, aunque permaneció hasta 1941 sin respaldarla por la fuerza.

Fuente: Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004
Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos. Versión adaptada por
Eugenio Anguiano (agosto de 2008).

A lo largo de los años se han ido introduciendo otras reformas políticas

A lo largo de los años se han ido introduciendo otras reformas políticas de importancia, aunque siempre dentro de la “democracia socialista con características chinas”, que presupone el liderazgo del PCCh. Así, en 1998 se enmendó la Constitución para incluir el concepto de “Estado socialista de derecho”, lo que ha permitido un progreso significativo en el desarrollo del sistema jurídico del
país. En el XVI Congreso, en 2002, se adoptó la llamada “teoría de las tres representaciones”,
según la cual “el PCCh representa a las fuerzas avanzadas de la producción, las fuerzas avanzadas de la cultura, y las amplias masas populares”, admitiendo por primera vez a los empresarios privados en el PCCh, con lo que éste pasa a ser un partido interclasista.
El órgano supremo dentro de las instituciones del Estado es la Asamblea Nacional Popular, cuyos miembros se eligen por sufragio indirecto, de entre los miembros de las Asambleas provinciales, eligiéndose los de estas últimas también por sufragio indirecto de entre las Asambleas de nivel inferior; y en las Asambleas de nivel más bajo (municipal, de condado o de distrito) los diputados se eligen por sufragio directo. Desde el XIII Congreso (1987) el número de candidatos en las elecciones a la ANP es superior al de puestos, y al legislar, los miembros de las Asambleas votan por el procedimiento de voto secreto.
En octubre de 2012 se celebró el XVIII Congreso del PCCh, en el que se renovó la composición del Comité Permanente del Politburó del PCCh (actualmente, 7 miembros), la instancia decisoria suprema dentro del Partido, y, por tanto, de todo el país. Esta renovación supuso la llegada al poder de la llamada “quinta generación”, la formada por aquellos dirigentes nacidos en los años cincuenta.
El nuevo Gobierno, formalizado el 14 de marzo de 2013, ha tenido que hacer frente a una situación delicada en el plano económico, ya que el modelo de desarrollo que China ha seguido desde el comienzo del proceso de reformas parece próximo a su agotamiento, y ha causado desequilibrios tanto económicos como sociales. Hasta entonces, la prioridad había sido el crecimiento económico en
términos meramente cuantitativos, y los motores de la economía, las exportaciones y la inversión; hoy día China busca conseguir un modelo de crecimiento de calidad y sostenible, basándolo en la innovación y en la demanda de su inmenso mercado interno. Con el objeto de hacer realidad ese cambio de modelo económico, el Pleno del Comité Central aprobó un amplio paquete de reformas,
que en estos momentos está en proceso de implementación.
Miembros del Gobierno
Presidente: Xi Jingping
Primer Ministro: Li Keqiang
Viceprimeros Ministros: Zhang Gaoli, Liu Yandong, Wang Yang, Ma Kai
Consejeros de Estado: Yang Jing, Chang Wanquan, Yang Jiechi, Guo Shengkun,
Wang Yong
Ministro de Relaciones Exteriores: Wang Yi
Ministro de Defensa Nacional: Chang Wanquan
Ministro encargado de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma: Xu
Shaoshi
Ministro de Educación: Yuan Guiren
Ministro de Ciencia y Tecnología: Wan Gang
Ministro de Industria y Tecnología Informática: Miao Wei
Ministro encargado de la Comisión Estatal de Asuntos Étnicos: Wang Zhengwei
Ministro de Seguridad Pública: Guo Shengkun
Ministro de Seguridad Estatal: Geng Huichang
Ministro de Supervisión: Huang Shuxian
Ministro de Asuntos Civiles: Li Liguo
Ministra de Justicia: Wu Aiying
Ministro de Hacienda: Lou Jiwei
Ministro de Recursos Humanos y Seguridad Social: Yin Weimin
Ministro de Tierra y Recursos: Jiang Daming
Ministro de Protección Ambiental: Chen Jining
Ministro de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural: Jiang Weixin
Ministro de Transportes: Yang Chuantang
Ministro de Recursos Hídricos: Chen Lei
Ministro de Agricultura: Han Changfu
Ministro de Comercio: Gao Hucheng
Ministro de Cultura: Luo Shugang
Ministra encargada de la Comisión Nacional de Salud y Planificación Familia:
Li Bin Gobernador del Banco Popular de China: Zhou Xiaochuan
Auditor general de la Auditoría Nacional: Liu Jiayi

Xi Jingping, Presidente de la República Popular de China (marzo de 2013)
Cargos: Secretario General del Partido Comunista Chino (desde 15 de Noviembre de 2012); Presidente de la República o Jefe de Estado (desde 14 de Marzo de 2013); y Presidente de la Comisión Militar Central (desde 15 de Noviembre de 2012).
Nació el 15 de junio de 1953 en Pekín, pero se le considera originario de la provincia central de Shaanxi. Proviene de una familia muy asociada con el partido, pues su padre era Xi Zhongxun, veterano del Ejército Rojo que formó parte de la primera generación de líderes de la República Popular y uno de los promotores de la creación de las zonas económicas especiales de Shenzen y Guangdong (aunque fue encarcelado y purgado del partido en varias ocasiones). Se considera que Xi Jingping es el más exitoso de los “Jóvenes Príncipes” (término derogatorio que denomina a los descendientes de antiguos líderes involucrados en política, dando a entender que han logrado su posición beneficiándose del nepotismo). Se afilió a la Liga Comunista de la Juventud en 1971, y al partido en 1974. En 1975 comenzó sus estudios de Ingeniería Química en la Universidad de
Tsinghua, en Pekín.
Desde 1979 a 1982 fue el secretario de Geng Biao (antiguo subordinado de su padre), que entonces ocupaba el cargo de viceprimer Secretario General de la Comisión Militar Central, dotándole de cierta formación militar. En 1982 fue enviado al condado de Zhengding (en la provincia de Hebei) como Delegado del Comité Condal del Partido Comunista de Zhengding, siendo ascendido a Secretario del mismo comité en 1983. Desde entonces y hasta su elección como Vicepresidente de la República en 2008, Xi ocupó cargos políticos en varias provincias (Shaanxi, Hebei, Fujian –Gobernador en 1999- y Zhejiang –Secretario del Partido en 2000), siendo finalmente transferido a Shanghai como Secretario del Partido de Shanghai en 2007 (donde sustituyó a Chen Liangyu, acusado de corrupción).
Este nombramiento en Shanghai es considerado como el primer paso en su ascenso hacia la Presidencia de la República Popular, consolidándose como candidato sólido para el puesto tras su nombramiento como miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China, en octubre de ese mismo año.
Fue elegido Vicepresidente de la República el 15 de Marzo de 2008. Desde este nombramiento Xi ha estado involucrado en un gran número de materias, comola preparación de los Juegos Olímpicos de 2008 o la representación del Gobierno en los asuntos con Hong Kong y Macao. También asumió el cargo de Presidente de la Escuela Central del Partido. En noviembre de 2012 fue elegido Secretario
General del Partido y Presidente de la Comisión Militar Central. Desde entonces, su discurso político ha estado marcado por la referencia a un “Sueño Chino”, un sueño de una “nación fuerte”. Fue elegido Presidente de la República el 14 de marzo de 2013, reuniendo los cargos de Presidente de la República, Secretario General del Partido Comunista y Presidente de la Comisión Central Militar.

Fuente: La Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación pone a disposición de los profesionales de los medios de comunicación y del público en general la presente ficha país. La información contenida en esta ficha país es pública y se ha extraído de diversos medios no oficiales. La presente ficha país no defiende posición política alguna ni de este Ministerio ni del Gobierno de España respecto del país sobre el que versa.

Presión extranjera El siglo XIX estuvo caracterizado por un rápido deterioro

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HISTORIA DE CHINA
Presión extranjera
El siglo XIX estuvo caracterizado por un rápido deterioro del sistema imperial y un crecimiento continuo de la presión extranjera desde Occidente y más tarde desde Japón. El tema de las relaciones comerciales entre China y Gran Bretaña dio lugar al primer conflicto serio. Los británicos estaban ansiosos por expandir sus contactos comerciales más allá de los límites restrictivos impuestos en
Cantón. Para llevar a cabo esta expansión, intentaron establecer relaciones diplomáticas con el Imperio chino de la misma forma que existían entre Estados soberanos en Occidente. China, con su larga historia de autosuficiencia económica, no estaba interesada en incrementar el comercio; además, desde el punto de vista chino las relaciones internacionales, si tenían que existir de alguna manera, debían ser según un sistema tributario en el que se reconociera la hegemonía china. Por otra parte, los chinos estaban ansiosos por detener el comercio del opio, que estaba socavando las bases fiscal y moral del Imperio. En 1839, oficiales chinos confiscaron y destrozaron grandes cantidades de opio de
barcos británicos en el puerto de Cantón y aplicaron fuertes presiones a la comunidad británica de esa ciudad. Los británicos se negaron a restringir aún más la importación de opio y las hostilidades surgieron a finales de 1839.
1.4.2.2 Guerras comerciales y tratados desiguales La primera guerra del Opio terminó en 1842 con la firma del Tratado de Nanjing.
China había sido vencida y los términos del tratado garantizaban a Gran Bretaña las prioridades comerciales que buscaba. Durante los dos años siguientes, tanto Francia como Estados Unidos obtuvieron tratados similares. China vio estos tratados como desagradables pues eran concesiones dictadas por bárbaros ingobernables; sin embargo, su sumisión a las cláusulas comerciales respecto a
la expansión del comercio estaba muy por debajo de las expectativas de las potencias occidentales. Tanto Gran Bretaña como Francia encontraron pronto ocasión para renovar las hostilidades y durante la segunda guerra del Opio (1856-1860), aplicaron la presión militar a la capital de la región en el norte de China. Se firmaron nuevos tratados en Tianjin en 1858, que extendieron las ventajas occidentales. Cuando el gobierno de Pekín se negó a ratificarlos, se reabrieron las hostilidades. Una fuerza expedicionaria franco-británica penetró hasta Pekín. Después de que el palacio de Verano fuera incendiado como venganza por las atrocidades chinas infligidas a los prisioneros occidentales, se
firmaron las Convenciones de Pekín, en las que se ratificaban los términos de los tratados anteriores.
Estos tratados, conocidos en su conjunto en China como los ‘tratados desiguales’, determinaron las relaciones chinas con Occidente hasta 1943, cambiaron el curso del desarrollo social y económico chino y obstaculizaron de manera permanente la política de la dinastía Manchú. De acuerdo con sus disposiciones, los puertos chinos se volvieron a abrir al comercio internacional, se permitió la instalación de colonias de residentes extranjeros, y se cedieron de forma permanente a Gran Bretaña los territorios de Hong Kong y Kowloon. Además se garantizó a los súbditos de los Estados firmantes de los tratados la extraterritorialidad, de modo que casi todos los extranjeros en China quedaban bajo la única jurisdicción de sus consulados y sólo estaban sujetos a las leyes de sus países de origen. Todos los tratados presentaban una cláusula de nación más favorecida, bajo la cual cualquier privilegio que extendía China a una nación era automáticamente extendida a todos los demás Estados signatarios de los tratados. Con el tiempo se fraguó el control extranjero sobre toda la economía china. Los tratados marcaron los aranceles sobre los bienes importados por China en un máximo de
un 5% de su valor; esta disposición hizo que China fuera incapaz de recaudar suficientes impuestos sobre las importaciones, lo que impidió proteger a las industrias nacionales y promover la modernización económica.

Fuente:  Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004
Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos. Versión adaptada por
Eugenio Anguiano (agosto de 2008).

CHINA: PASADO, PRESENTE ECONOMÍAY FUTURO OFERTA AGREGADA Y PRODUCTIVIDAD

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 CHINA: PASADO, PRESENTE ECONOMÍAY FUTURO
OFERTA AGREGADA Y PRODUCTIVIDAD
El aumento de la demanda agregada china no debería traer consigo un menor crecimiento, ni
tampoco tensiones inflacionistas, si su oferta o capacidad productiva consiguiera crecer al mismo
ritmo.
Existe estancamiento e inflación cuando la demanda está muy caliente. Pero también cuando la
oferta total de una economía es insuficiente. Sobre lo primero, ya hemos dicho que la liquidez
excesiva explica algunas tensiones actuales de demanda en China. Aunque también existen
factores que impiden a la oferta crecer lo suficiente como para absorber de manera óptima
una demanda creciente aquí.
Hablamos de oferta agregada para definir la producción total del país o PIB. Dicha producción total
se obtiene combinando los factores productivos “tierra”, “capital” y “trabajo”. Manteniendo
constantes todos los factores, la producción total ofrecida será constante. Aumentando todos o
cualesquiera de los factores considerados, la producción ofrecida se incrementará en una proporción
idéntica. Y, aún manteniendo constantes los tres factores productivos del sistema económico chino,
el producto final ofrecido también podría incrementarse siempre que lo hiciese la productividad.
Esto último es lo que se conoce como crecimiento explicado por el factor tecnológico, o
productividad total de los factores productivos (Total Factor Productivity o TFP, según sus siglas en
inglés).
Como hemos comentado en algún momento de la presente ponencia, China ha crecido a una media
del 10% durante los últimos treinta años. Desde la demanda lo ha hecho gracias al modelo
inversión-exportaciones. Y, desde la oferta, lo ha hecho gracias al aumento de su capacidad
productiva.
Propongo analizar la siguiente tabla para identificar qué tendencias se pueden observar en China
desde 1978, y cuáles podría seguir hasta el periodo 203029.
Hagamos ahora una comparación sencilla de las magnitudes entre 1995-2010 y 2026-30. En primer
lugar, observamos que el crecimiento para 1995-2010 es del 9,9%. El del periodo 2026-30 está
previsto que se reduzca a la mitad. Las razones de dicho agotamiento podemos encontrarlas
analizando la evolución del trinomio trabajo-capital-productividad (tecnología).
Por un lado, observamos que la acumulación del factor trabajo tiende a decrecer (desde el 0,9%
de 1995, hasta las cuatro décimas negativas correspondientes al periodo 2026-30). Si se van
incorporando menos trabajadores al sistema, el PIB no puede crecer tanto como cuando estaban
incorporándose más (salvo que aumentara sustancialmente la productividad). Sin embargo, en esta
misma tabla vemos que la productividad laboral también se desacelera (del 8,9% al 5,5%).
La acumulación de capital, factor fundamental para explicar el crecimiento económico, parece seguir una tendencia idéntica a desacelerarse. Véase que la inversión sobre PIB alcanzaba el 46,4% en 2010, cuando hacia 2030 puede situarse por debajo del 35%. Además, este descenso de la inversión exigirá un menor ahorro para financiarla, lo que colateralmente deberá incrementar el consumo (del 48,6% actual al 66% previsto para 2030). Por último, ante estas tendencias es lógico también que aumente el peso del sector servicios en detrimento de los sectores agrícola e industrial.
La estructura económica china está cambiando, lo cual explica las tensiones inflacionistas ejercidas por un modelo virtualmente caduco como el actual basado en inversión y exportaciones baratas. La nueva oferta económica, más orientada al consumo interno, exige una reestructuración del modelo. Exige un crecimiento más equilibrado.

Fuente: ECONOMÍA CHINA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO
Ponencia a cargo de ALBERTO JAVIER LEBRÓN VEIGA, corresponsal de Business
Televisión en China y Asia-Pacífico.

Por lo que refiere al confucionismo

 Por lo que refiere al confucionismo, Wen ti hizo uso de éste para justificar su acceso al poder. Según Wright, lo utilizó, primero, estable...