Por lo que refiere al confucionismo, Wen ti hizo uso de éste para justificar su acceso al poder. Según Wright, lo utilizó, primero, estableciendo una serie de rituales y pronunciamientos para establecer importantes vínculos simbólicos con el último gran imperio unificador, el Han - estos rituales tenían por objeto las clases educadas, las familias aristocráticas- y, segundo, en la forma de una serie de actos cuyo objeto era restablecer una serie de principios políticos y modos de comportamiento útiles para asegurar la unificación política y la integración social.
Pese al poco aprecio que él mismo sentía hacia el confucionismo, nada más hacerse con el poder envió delegaciones a los más remotos lugares del reino para convocar a los maestros confucionistas y los clásicos volvieron a oírse en el imperio como no había sucedido desde la época Han. Aunque, como hemos mencionado antes, los confucionistas de esta época usaban el lenguaje del gobierno de la benevolencia y de los santos reyes como adorno, pero su perspectiva política era muy semejante a la de los legistas, de modo que sirvieron muy bien de cuerpo burócrata a Wen ti para producir las reformas necesarias para unificar institucionalmente el imperio. Wright dice que es difícil destacar de entre los muchos rituales que organizó para justificar su poder los más importantes y menciona simplemente la ceremonia de la entrega de los ocho sellos imperiales, la de los nueve regalos simbólicos, etc. como signos del emperador. Dio títulos póstumos imperiales a su padre y a su madre y estableció ancestros imperiales, regresó a su pueblo natal y adoró los sepulcros de sus ancestros entre otras actividades. Eligió el color rojo, el color del fuego, como color de su dinastía y adoró al Emperador del Fuego. Estas y cientos de otras actividades se realizaban observando los rituales codificados, por lo que previamente se había establecido el Consejo de los Ritos, como asesores de la corte sobre como debía proceder en el marco de la estructura santificada del ritual canónigo. Ordenó construir también una Ming Tang, o “casa cósmica”, según las “Ordenanzas de los Meses” del Libro de los Ritos, que ya se intentó en la época Qin pero que es una institución propiamente Han. Esta casa era un modelo del universo y representa el poder carismático del emperador para con las cinco fuerzas, su papel en ordenar la secuencia de las estaciones y la beneficencia del modo de funcionar ordenado de la naturaleza. En esta casa el emperador pasa su tiempo en un estado de ritual permanente. Pero Wen ti, cuando vio que los especialistas no se ponían de acuerdo sobre su configuración, desistió de construirla. Wen ti, tan preocupado como estaba por consolidar su poder, no estaba por la labor de desequilibrar las fuerzas cósmicas adoptando un diseño cuya eficacia y autoridad canónica estuviese en duda. Wen ti, igualmente se mostró muy prudente a la hora de hacer los sacrificios anuales rituales del emperador en la montaña sagrada, Tai Shan; después de muchas dudas y un primer sacrificio al pie de la montaña el primer año, se vio ya suficientemente legitimado para hacer el sacrificio completo en la cima de la montaña al año siguiente. Wen ti también estableció incentivos a los valores sociales del confucionismo, a las conductas ejemplares; como las de los hijos filiales, los nietos obedientes, viudos y viudas que no se volvían a casar quedaban exentos de impuestos. Se establecieron escuelas de estudios confucionistas y se dieron recompensas a los que sobresalieron en ellas. Wen ti utilizó la doctrina confucionista para justificar su conquista del sur; tras ejercitar las políticas antedichas en el norte, que le sirvieron para pacificar esa área según el modelo confuciano, publicó 300.000 panfletos a ser distribuidos en el sur justificando su determinación de acometer la conquista –tras ocho años de preparación- enumerando veinte crímenes del principal líder sureño y su deber, encomendado por el Cielo, de castigarlo. Este texto no contiene referencia alguna al budismo o taoísmo, es la clásica llamada con el argumento moral confuciano.
Sin duda, para un cambio dinástico, las doctrinas más adecuadas disponibles eran las confucianas. Pero una vez lograda la reunificación, punto en el que el confucionismo encuentra su máxima prominencia, Wen ti lo abandonará relativamente, pues para la pacificación del conquistado sur y para hacer frente a la diversidad cultural hizo más uso de otras tradiciones, especialmente del budismo.
Fuente: LA FILOSOFÍA POLÍTICA CHINA CLÁSICA
Historia y pensamiento en China
MANUEL HERRANZ